Solo quedan dos palabras
de infinito suspendidas,
tejiendo a ojo cada uno de los hilos
que escaparon del tapiz.
Los gestos en la cara
la lija y la seda,
Cada una de las puntadas
de Aracne y Atenea.
Detonantes y explosivos,
Huecas bombas de racimo
Cítrico aroma en la yugular
El tiempo...
la relatividad.
Las ganas y el hambre,
las formas y el dimorfismo.
Ve frenando,
ve dejándote llevar.
Solo quedan dos palabras
Y aguanta estoico las punzadas
Cada una de las puntadas
Cada golpe de psicosis,
cada Little Heart Attack*
Se acabaron las terapias
Tiempo muerto en la partida.
Guarden los tickets de vuelta,
el paciente no respira.
Justifica cada una
de sus idas y venidas.
Cambia de opinión, al menos
15.000 veces al día.
Se duerme en la escala de Glasgow,
deja de nuevo la luz encendida.
Solo quedan dos palabras,
y el asunto se complica,
yace, esperando antídoto,
el letargo no termina.
Deseaba la narcosis,
El sopor, la mezcalina.
Solo quedan dos palabras,
y el paciente no respira.
*Título del segundo álbum del grupo Toledano "The Sunday Drivers"